Desde que en 1983 el psicólogo norteamericano Howard Gardner publicara su teoría de las inteligencias múltiples, hemos
asimilado que la inteligencia no es una capacidad única -asociada al
rendimiento académico o que se pueda medir por un coeficiente- sino que se
despliega en diversas potencialidades de las que llegamos a desarrollar más
unas que otras. Si la inteligencia es la “capacidad
de resolver problemas y/o elaborar productos que sean valiosos en una o más
culturas”, ordenando los pensamientos y coordinándolos con las acciones, éstas
pueden ser: lingüística, lógica-matemática, corporal-cinética, visual-espacial,
musical, interpersonal-social, intrapersonal y naturalista; en 1995, el psicólogo
Daniel Goleman aportó la idea de inteligencia emocional.
Pero hasta ahora nunca habíamos escuchado hablar de la inteligencia fílmica. Este artículo denominado “La Inteligencia fílmica: La comprensión audiovisual y su desarrollo en la infancia y adolescencia”, de Tomás de
Andrés Tripero (Dr. en Psicología y profesor titular de la Universidad
Complutense de Madrid) nos introduce en este nuevo concepto:
"En primer lugar, tendremos que definir, en términos operativos, qué es la inteligencia y después definir qué es lo que entendemos por inteligencia fílmica. Hay dos ideas que parece englobar todas las definiciones tradicionales de inteligencia: la inteligencia es la capacidad de aprendizaje por la experiencia y la capacidad de adaptación del individuo al medio. Por nuestra parte, podemos llegar a definir la inteligencia fílmica atendiendo, al menos, a cuatro puntos de vista diferentes [...]:
Desde el punto de vista de la inteligencia lógica, entendemos la inteligencia fílmica como la capacidad de comprender la estructura y secuenciación de una narración cinematográfica ofrecida por el proceso de montaje [...]
Desde el punto de vista de la inteligencia de aprendizaje valoraríamos la inteligencia fílmica como la capacidad de recordar comprensivamente lo asimilado a través de un recurso multimedia [...]
Desde el punto de vista de la inteligencia emocional, entenderíamos la inteligencia fílmica como la capacidad de distinguir con claridad los mensaje afectivos, ya sean de carácter positivo o negativo [...]
Desde el punto de vista de la inteligencia moral juzgaríamos la inteligencia fílmica como la capacidad de comprensión de los valores o contravalores transmitidos"
"En primer lugar, tendremos que definir, en términos operativos, qué es la inteligencia y después definir qué es lo que entendemos por inteligencia fílmica. Hay dos ideas que parece englobar todas las definiciones tradicionales de inteligencia: la inteligencia es la capacidad de aprendizaje por la experiencia y la capacidad de adaptación del individuo al medio. Por nuestra parte, podemos llegar a definir la inteligencia fílmica atendiendo, al menos, a cuatro puntos de vista diferentes [...]:
Desde el punto de vista de la inteligencia lógica, entendemos la inteligencia fílmica como la capacidad de comprender la estructura y secuenciación de una narración cinematográfica ofrecida por el proceso de montaje [...]
Desde el punto de vista de la inteligencia de aprendizaje valoraríamos la inteligencia fílmica como la capacidad de recordar comprensivamente lo asimilado a través de un recurso multimedia [...]
Desde el punto de vista de la inteligencia emocional, entenderíamos la inteligencia fílmica como la capacidad de distinguir con claridad los mensaje afectivos, ya sean de carácter positivo o negativo [...]
Desde el punto de vista de la inteligencia moral juzgaríamos la inteligencia fílmica como la capacidad de comprensión de los valores o contravalores transmitidos"
Este tipo de inteligencia implica reconocer en el
cine una forma de expresión propia que requiere de unas capacidades específicas
para su comprensión. Del mismo modo que alguien puede tener cualidades para el
lenguaje oral y escrito, la resolución de problemas matemáticos, expresarse a
través de las sensaciones corporales, pensar en imágenes, identificar los
sonidos, tener capacidad de liderazgo, conocerse a uno mismo y entenderse con
la naturaleza, se puede llegar a tener una capacidad creadora que sepa abstraer
la realidad o comunicar una ficción por medio de imágenes en movimiento.
Aunque su estudio va dirigido al análisis y
desarrollo de esta capacidad cognitiva desde bebés a adolescentes y el uso del
argumento fílmico como recurso educativo, no deja de ser interesante incorporar
esta nueva perspectiva a nuestras reflexiones y críticas sobre cine. Desde
luego explicaría la genialidad de creadores como Tarkovsky, Bergman, Felini,
Buñuel…