martes, 9 de abril de 2013

Ni uno menos. Zang Yimou, 1998

Ficha  técnica: Título original: “Yi ge dou bu neng shao (Not one less)”. Producción: Zhao Yu y Zhang Weiping para Columbia Pictures y Guangxi Film Studios. China, 1998. Dirección: Zhang Yimou. Guión: Shi  Xiangsheng, según su propia novela. Fotografía: Hou Yong. Música: San Bao. Vestuario: Dong Huamiao. Montaje: Zhai Ru. Duración: 106 minutos. Intérpretes: Wei Minzhi (sustituta del profesor Gao), Zhang Huike (alumno), Tian Zhenda (alcalde), Gao Emman (maestro de la aldea), Sun Zhimei (delegada de clase), Fen Yuying (recepcionista), Li Fanfan (presentadora de TV), Zhang Chiang (inspector), Xu Zhanqing (dueño de la fábrica de ladrillos), Liu Hanzhi (madre de Zhang Huike), Ma Guolin (hombre de la estación), Wu Wanlu (megafonista de la estación), Liu Ru (anunciante), Wang Shulan (responsable de almacén), Fu Xinmin (jefe de televisión), Bai Mei (dueña del restaurante)…

Argumento: Shuiquan es un pequeño y aislado pueblo de las montañas chinas que cuenta con una vieja escuela sin recursos donde un maestro tradicional procura educar a sus pocos alumnos. Se hace necesario contratar un sustituto durante un mes y sucede que el alcalde sólo encuentra disponible una voluntariosa niña de trece años, que se ofrece aunque sólo sea para asegurarse de que al regreso del maestro no haya “ni uno menos” en el aula. La marcha inesperada de uno de sus alumnos a la ciudad la moverá en su búsqueda, descubriendo con sorpresa cuánto le quedaba por aprender.



Ambientación: Zhang Yimou es considerado el más occidental de los cineastas orientales seguramente porque es capaz de transmitir experiencias y valores comunes por encima de las diferencias culturales, provocando una mirada cinematográfica sobrecogedora, tan sencilla como profunda. Eso no está reñido con la idea de que realice el retrato concreto de la vida en el mundo campesino y de las clases desfavorecidas del presente o del pasado no muy lejano de China, llegando a veces a confundirse en qué época ha sido ambientada la película. Sólo las referencias al sistema socio-político nos encuadran en un marco espacial y temporal, no exento de elementos autobiográficos: la situación de los maestros rurales (vocación familiar), las condiciones de trabajo en el campo (su apelativo de “director campesino”)… Si bien antes de esta película había tratado el tema urbano en Mantén la calma (1997) -donde muestra el caos y desasosiego de la ciudad contemporánea-, tras ésta surgirá la idea de emprender El camino a casa  (1999) -en el sentido inverso, de la ciudad al campo-. En definitiva, el campo lo entiende como el entorno donde se desarrolla la tradición, entre la nostalgia y la idealización. Otro elemento de inspiración fundamental de su filmografía es la mujer. Sus protagonistas, casi todas extraídas de novelas, son femeninas a la vez que tenaces, resueltas, sacrificadas, vitales… En este caso, además, es inexperta ya que, para conferir una mayor sensación de naturalidad al argumento, trabaja con una niña, no profesional, de la que toma nombre el personaje, se maneja sin guiones y desconoce siquiera lo que es una cámara de vídeo, que procura ocultar durante la filmación para no restar espontaneidad a sus reacciones; y así ocurre con el resto del reparto. Resulta todo un reto que da sus frutos gracias a una magnífica dirección artística y técnica. Aquí se reconoce la genialidad en las indicaciones actorales, la complicidad con el público en los gestos y detalles cotidianos a la vez que universales, el control del ritmo narrativo, la capacidad de significar por medio del color, la claridad compositiva, la elección de las localizaciones exteriores y la manera de filmarlas, el apoyo de la música incidental en las situaciones precisas para no restar verosimilitud a la escena sin que llegue a parecer un documental… Se comprende a la vista de sus inicios como fotógrafo, antes de ingresar en la Academia de Cine de Beijing en 1978, ya a los 28 años. 

Valoración: Ni uno menos es un poema a la sencillez de la vida, un camino interior que, motivado inicialmente por una retribución económica y una disciplina adquirida, se convertirá en la búsqueda de una vocación en el servicio a los demás a través del compromiso y la generosidad. Esto es lo que hace común a todos los hombres la vida misma en un pueblo olvidado del país más grande del planeta. Da la sensación de que comienza siendo una película y termina siendo otra porque, entre otras cosas, sus personajes vuelven cambiados, por encima de la anécdota de cómo se resuelve el regreso. En mi opinión, el mensaje de esperanza es lo que subyace, al margen de otras lecturas críticas que ponen en tela de juicio la situación actual en China. Será por eso que, lo mismo que aquel año fue vetada en su propio país, ganó merecidamente el Premio León de Oro en el Festival de Venecia


No hay comentarios:

Publicar un comentario